Exposición y libro rescatan y revalorizan figura de Nicanor Plaza

12 Septiembre 2012

Un conjunto de obras y un libro hacen justicia a la trascendencia de Nicanor Plaza como padre de la escultura chilena, valoración que se empeñaron en lograr el escultor Francisco Gazitúa y el académico de la Universidad de Talca, e historiador de Arte, Pedro Zamorano.

Ambos estuvieron en la apertura de la exposición “Nicanor Plaza, maestro de escultores”, resultado del proyecto Fondart 2011, de la Línea Bicentenario, que incluyó además la publicación del libro “Gestación de la escultura en Chile y la figura de Nicanor Plaza”, escrito por el profesor Zamorano y editado por Artespacio.

En este texto se da a conocer información emanada del proyecto “Escultura en Chile 1854 y 1960: el trasluz de su identidad”, realizada por Zamorano y Gazitúa, con participación del restaurador Claudio Cortés y el historiador Francisco Portela. Dicha iniciativa fue financiada por el Fondo Desarrollo de Ciencia y Tecnología (FONDECYT).

La exposición se presentó en mayo en el Museo Nacional de Bellas Artes y, en alianza con la Universidad de Talca, se exhibe parte de ella en el Centro de Extensión “Pedro Olmos”, en cuya inauguración, se presentó el libro.

Deuda

Según manifestó el profesor Zamorano, el trabajo realizado en torno a la figura de Nicanor Plaza tiene por objetivo saldar una deuda no solo con este escultor fundacional, sino con la historiografía artística chilena, carente de mucha información.

En ese sentido, le llamaba la atención que la escultura en Chile estuviera “pobremente registrada”. “Hasta ahora el catálogo “oficial” del artista no pasa de unas 10 obras. La mayor parte de sus esculturas están ocultas. Algunas por pertenecer a colecciones privadas; otras, aun cuando en colecciones o espacios públicos, están omitidas respecto de su estudio o registro. Otras, desaparecidas, no registradas”, manifestó.

Destacó, asimismo, que casi la totalidad de los escultores chilenos de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX tienen en común el magisterio de Plaza. “Ese elemento no ha sido suficientemente recogido en nuestra historiografía artística. Ha faltado empoderarlo mejor en esa condición, de primer gran maestro, formador de escultores”.

De acuerdo a lo observado por Pedro Zamorano, Plaza fue víctima del “pago de Chile”, debido al escaso reconocimiento y valoración de su figura y al saqueo de su patrimonio. “Vemos obras suyas destruidas o casi abandonadas, como los sepulcros del doctor Cademártori, en Talca, o el de la familia Castellón, en Concepción”, acotó.

Los orígenes

Nicanor Plaza nació en Santiago –Renca- en 1840, estudió en Chile con Auguste Francois, autor de la escultura del Abate Molina, y por su talento el Gobierno Chile lo becó para continuar su formación en Francia. En 1871 inició su labor docente a cargo de la cátedra de Escultura en la Escuela de Bellas Artes, que le permitió establecer las bases para la formación escultórica en Chile. Falleció en un hospital público de Florencia, Italia, 7 de diciembre de 1918.

La directora del Centro de Extensión de la Universidad de Talca, Marcela Albornoz, expresó que para montar esta muestra, el Museo de Bellas Artes facilitó el busto de Nicanor Plaza, realizado por su discípulo Virginio Arias, y el “Jugador de Chueca” (1880).

Destacan en la exhibición siete maquetas de “Caupolicán”, obra presentada en yeso en 1868 y en bronce en 1869 en Francia, de la cual Gazitúa realizó moldes y réplicas para explicar las facetas de su ejecución. Además, se incluyen en la exposición piezas del Museo O’Higginiano y de Bellas Artes de Talca, el Seminario San Pelayo, el Museo Bomberil de Talca y el Liceo “Abate Molina”.

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