“Gabriela Mistral se me aparece por todos lados”

10 Agosto 2015

Es considerado como uno de los especialistas en la obra de la Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral, de la cual el poeta, ensayista y crítico literario, Jaime Quezada, reconoció estar cautivado desde su niñez.

“Me consideran un experto en el trabajo de Gabriela Mistral y la verdad es que no soy experto, soy un lector atento desde muy niño. Me siento identificado con esta autora”, confesó el escritor durante el Conversatorio Cultural organizado por la Dirección de Extensión Cultural-Artística de la Universidad de Talca, actividad que fue moderada por el periodista José Tomás Labarthe.

La pasión de Quezada por el trabajo de la poetisa se ha convertido en una suerte de cruzada por preservar su obra.

“Se me aparece por todos lados. Sueño con ella y pienso en ella. Ha sido mi madre, mi hermana, mi amante, todo en ella, porque todas las materias pasan por ella”, manifestó Quezada, agregando que es de su interés “que la gente conozca más la obra de Gabriela Mistral, su pensamiento, su manera de decir las cosas en sus recados, en su prosa. Ella está muy vigente”.

Inicios

Más allá del trabajo que realiza en torno a la figura de la escritora, Quezada es autor de numerosas obras entre las cuales destacan “Poemas de las cosas olvidadas”, “Las palabras del fabulador”, “La frontera”, “Poesía joven de Chile”, “Astrolabio”, “Pájaro de cuentas”, “Huerfanías”, “Un viaje por Solentiname” y “Llamadura”.

Su estrecha relación con el mundo de las letras lo llevó a presidir la Sociedad de Escritores de Chile y la Fundación Premio Nobel Gabriela Mistral. También ejerció como crítico literario de las revistas Ercilla y Paula, en los diarios El Mercurio, Las Últimas Noticias y Austral de Valdivia, y fue director del taller de poesía de la Fundación Pablo Neruda desde sus inicios.

Además, durante el período 1994-2001, fue designado como representante del presidente de la República en el Consejo Nacional del Libro y la Lectura.

Al repasar su trayectoria, Quezada recordó que desde su niñez, en la ciudad de Los Ángeles, se sintió atraído por este mundo.

“Me daban ganas de ser como los escritores que estaba leyendo. Tal vez había una luz interior que me decía: ‘bueno si tienes vocación para esto -como hay que tenerlo en todas las cosas- hazlo’. Entonces me fui dando cuenta de esa situación poco a poco. Cada vez me daban más ganas de leer y escribir. Mi despertar en la literatura fue a muy temprana edad. Eso me hace recordar que en la escuela me hacían leer los poemas de Gabriela Mistral, había que aprendérselos incluso de memoria y recitarlos. Eso me era interesante”, afirmó.

La época escolar aparece de manera recurrente en su poesía, a través de evocaciones a la infancia, las tradiciones y la familia.

“Como escritor y poeta uno siempre tiene una materia permanente y vivencial que es su mundo de infancia, pero no de una manera pueril, sino que esta infancia proyectada a un proceso de creación literaria. Siempre he dicho y me acojo a Julio Cortázar que en una oportunidad también lo señaló, ‘el haber tenido una infancia feliz marca una etapa’. Cuando digo una infancia feliz quiero decir una infancia tranquila, normal, que me abrió el mundo de la naturaleza, porque desde muy temprano tuve el apoyo familiar y el de los maestros, entonces todas esas vivencias son para mí permanentes y a las cuales recurro en mi propio proceso de escritura, aunque pasen los años”, argumentó.

“Arúspice”

Quezada publicó su primer poemario, “Poemas de las cosas olvidadas”, en 1965, mismo año en que fundó la revista de poesía “Arúspice”, en la cual Nicanor Parra publicó sus primeros “Artefactos” y llegaron a colaborar escritores de la talla de Julio Cortázar, José Lezama Lima y Gonzalo Rojas, entre otros.

“Fue una revista que fundamos un grupo que teníamos en la Universidad de Concepción, en la década de los ’60. Este grupo llevaba el nombre de Arúspice y siempre pensamos que teníamos que tener un órgano de difusión y así mismo abrir nuestras páginas a otros escritores y poetas. Escritores mayores como Nicanor Parra, Gonzalo Rojas e incluso el mismo Neruda, nos entregaron sus colaboraciones y eso fue muy interesante para un grupo que estaba partiendo en la literatura”, finalizó Quezada.

La Directora de Extensión Cultural – Artística de la Universidad de Talca, Marcela Albornoz, invitó a toda la comunidad a un próximo Conversatorio Cultural en donde el invitado será José María Memet.

“Queremos que el público comparta con un destacado poeta que entre sus publicaciones se encuentran ‘Poemas crucificados’ y ‘bajo amenaza’. Memet ha recibido los premios Gabriela Mistral en 1977 y Pablo Neruda en 1996, por lo que insto a las familias a dialogar con un excelente invitado que tiene mucho que entregarnos”.

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