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“La poesía surgió de la nostalgia”

De su poesía y de la cosmovisión mapuche reflejada en ella, entre otros temas, habló el poeta Elicura Chihuailaf, en el último Conversatorio Cultural de la Dirección de Extensión de la UTalca, realizado en la sala “Emma Jauch” de esa casa de estudios.

En el diálogo, conducido por la directora de Extensión y de la Editorial de la Universidad de Talca, Marcela Albornoz, participaron numerosas personas del público, que en gran cantidad llegó hasta el Centro de Extensión “Pedro Olmos”, para escuchar al poeta y solicitarle autógrafos en su libro “Ruegos y Nubes en el Azul”, que el día anterior se presentó en el Centro de Extensión del Campus Santiago.

“Oralitor”, como se autodenomina para recalcar que es la voz de los que no tienen voz, explicó que en la cultura mapuche hay relatos sobre el origen de ese mundo indígena. «Uno se refiere al arte de la conversación, que consiste en aprender a escuchar más que a decir».

Sobre el significado del azul que está presente en su poesía, Elicura Chihuailaf manifestó que también tiene una raíz cultural y añadió que “el espíritu mapuche vino desde el azul, porque la vida es energía que vuelve a la tierra, es una energía transitoria que para nosotros es azul y no cualquier azul, sino el que fluye desde el oriente como un río. Azul de donde se levante el sol cuando termina la noche y comienza el día. Es un azul prístino y marca todo lo que hacemos”. En la cosmovisión mapuche hay conceptos como la totalidad de la exclusión, que alude a la física cuántica. “Yo intento revelar esa totalidad de la naturaleza de la que somos parte”, observó.

El poeta sostuvo, además, que crear y hacer poesía “viene de la dualidad en que vivimos y que uno no elige”. A él le tocó vivir junto al Lago Colico —“que lamentablemente se puso de moda”—, su abuelo era lonco y su padre construyó una casa de madera pintada de azul junto a la ruca, donde la familia pasaba el día junto a fogón. Fue un tiempo en que vivió intensamente conectado y sintiendo el entorno, confesó. A los 7 años partió al “exilio” a la ciudad, pero volvía todos los fines de semana, y la necesidad de seguir conectado con esa vida lo llevó a escribir. “Necesitaba expresar lo que estaba sintiendo, enfrentado a la página en blanco y hablando conmigo mismo y sin el objetivo de hacer un libro. La poesía surgió de la nostalgia. En ese tiempo era difícil escribir en mapudungún, porque no estaba bien establecida la escritura y ésta se hacía más en castellano”, relató.

Elicura se declara un dialogante con la chilenidad “que me ha llegado también con mucha ternura y por eso amo esta conversación”. A su juicio, no hay cambios significativos desde que publicó «Recado Confidencial a los Chilenos», en 1999, obra que tendrá una nueva edición en la próxima Feria Chilena del Libro. Se define como escéptico optimista frente a un acercamiento entre la chilenidad y el mundo mapuche, aunque señala que es la primera la que puede hacer el cambio. Sin embargo, aseguró que está pendiente asumir la “morenidad”, como una forma de amar lo que a uno le ha tocado y por lo tanto, de respetarse a sí mismo. “Lo primero, es respetar a un diverso y esa tarea aún no está hecha por la chilenidad”, dijo. No obstante, aseguró que en los colegios, que él visita a menudo, se notan atisbos de cambios en los estudiantes, aunque admitió que “es difícil ponerse en el lugar de otro” en el sistema capitalista. Comentó además que poco a poco la chilenidad se ha dado cuenta de que necesita de la autonomía, porque el centralismo no le sirve a nadie y afirmó además que los mapuche quieren el progreso, “pero con la naturaleza, no en contra de ella”.

Para Elicura los mapuche nunca han vivido en democracia, porque este sistema implica algo más que el hecho de votar y elegir a alguien. Expresó también que su pueblo nunca ha sido una cultura de sacrificios y, por lo tanto, puso en duda que sean mapuche los autores del incendio que costó la vista al matrimonio Luchsinger MacKay. “Nosotros somos guerreros de la ternura”, recalcó.