Los mejores ya vencieron el pasado y hoy desafían al futuro

13 Mayo 2011

Tenacidad, inteligencia y muchas ganas de estudiar. Esas son algunas de las cualidades que distinguen a Erwin y John Díaz Guerrero, dos hermanos del sector de Paredones, en la provincia de Colchagua, que estudian en la Facultad de Ingeniería y que han ido sorteando los obstáculos más diversos para estar en la Universidad de Talca.

Su vida es común a mayoría de los estudiantes de nuestra Universidad: buenos alumnos que, gracias a su excelencia académica, el apoyo familiar y diversas becas, logran ser la primera generación de profesionales.

En el caso de Erwin y John, su camino hacia la Universidad ha estado marcado por una importante cuota de esfuerzo y el incondicional apoyo de sus progenitores.
Salieron de su hogar en Paredones en séptimo básico para ingresar al Liceo Politécnico de Santa Cruz, con la beca Presidente de la República.

Con esa ayuda finalizaron la educación media con excelentes resultados y obtuvieron puntajes de ingreso a la Universidad, suficientes para escoger las carreras que hoy siguen.

“Devolver la mano”

Erwin ingresó a la Universidad en 2006, a la carrera de Ingeniería Civil en Computación. Hoy cursa el sexto año y está al día en sus ramos.

Todavía mantiene la beca Presidente de la República, a la que suma la beca Bicentenario, que lo ayuda en un 80 por ciento de su carrera. El resto de los gastos de su formación, se financian a través del Fondo Solidario.

“Quería estudiar una carrera relacionada con la informática, que era lo que a mí me llamaba la atención desde chico, y decidí estudiar Ingeniería Civil en Computación. Me llamó la atención la malla basada en competencias y me pareció completa.

Ahora estoy finalizando mis estudios, muy contento de haberla escogido”, dice Erwin.
“Mis papás están súper felices y orgullosos de nosotros. Al principio se complicaron un poco, por el tema monetario.

Pero ellos se pusieron una meta: hacer el esfuerzo y salir adelante. Felizmente no hemos tenido problemas en ese sentido”, relata.

“Estamos muy agradecidos de mis padres, siempre han estado con nosotros. Más adelante, tengo algunos proyectos con ellos para devolverles la mano”, recalca.

De acuerdo al director del Departamento de Ciencias de la Computación, Federico Meza, Erwin destacó desde un principio.

“Él forma parte del primer grupo de estudiantes que entraron con el plan de rediseño basado en competencias y, por esa razón, lo conozco bastante.
En todas ellas destacó, no sólo por ser un estudiante bueno, sino también por sus habilidades sociales. Se lleva muy bien con sus compañeros y asume roles de liderazgo”, indica el académico.

Seguir el ejemplo

John, es alumno de cuarto año de la carrera de Ingeniería Civil Industrial. Tal cual su hermano Erwin, obtuvo un excelente resultado en la PSU, que le permitió ingresar a la carrera en el lugar número siete. A la fecha, no ha perdido ningún ramo y tiene un promedio de 5.3, considerado excelente en una carrera compleja.

“John es un excelente alumno de la carrera y una persona dispuesta a aprender y a colaborar. Se adapta bien al trabajo en equipo y posee una elevada capacidad analítica, lo que le permite enfrentar y resolver problemas de elevada complejidad”, cuenta el director de la Escuela de Ingeniería Civil Industrial, Diego Lagos.

Pero hay una sencillez más potente en John. El ingreso de su hermano a la universidad fue clave: debía seguir ese ejemplo.

“Mi hermano mayor fue mi ejemplo a seguir y ahora estoy acá, feliz estudiando. Mi papá me dijo que me viniera con mi hermano a Curicó y entrara a la UTALCA. Me podía ir a Valparaíso, Concepción, pero siempre quise entrar acá”.

Al igual que Erwin, John estudió en un liceo técnico profesional, lo que le significó un doble esfuerzo, en especial en los ramos matemáticos.

“Al ingresar a la universidad tuve que esforzarme mucho para nivelarme con mis compañeros que salieron de mejores colegios.

Eso me costó, pero logré pasar con éxito todos los ramos. Además, muchos tenían computadores, calculadoras y yo no. Entonces trabajé los veranos y fines de semana para poder comprarlos”, cuenta con orgullo.

John mantiene las becas Bicentenario y Presidente de la República. Lo que le falta por pagar, lo financia a través del Crédito Universitario.

“Estoy contento con las facilidades de estudiar, porque además me dediqué a sacar buenas notas y seguir con mis estudios sin bajar el nivel, y así pude mantener las becas”, destaca.

“Estos jóvenes siempre han sido buenos alumnos y eso les ha significado estudiar becados y mantener sus becas”, corrobora Cecilia Villar, Asistente Social del Campus Curicó.

En la Facultad de Ingeniería el otoño se deja sentir. Los nubarrones se alzan algo intimidantes, pero avanzada la tarde el astro Sol se abre paso y destella rojizo sobre una alfombra de hojas que cubre las huellas de Erwin y John. En Paredones, dos padres siguen sonriendo.

Los mejores en datos

En 2011, el 76,8 por ciento del total de los alumnos que estudian en la Universidad de Talca pertenecen a familias, cuyos padres no tienen estudios profesionales. De ellos, el 52,6 por ciento proviene de los primeros quintiles de ingresos, es decir, remuneraciones que no superan los 288 mil pesos al mes.

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