Óscar Castro presentó obra basada en el 11 de septiembre

26 Agosto 2013

Boleros interpretados en vivo y bailados incluso por el público, dieron inicio al montaje “El 11 de Septiembre de Salvador Allende”, obra escrita y dirigida por Óscar Castro y llevada a escena por su compañía el Teatro Aleph–Chile.

La creación fue presentada en la sala “Abate Molina” como parte del ciclo “Todo el Teatro en la UTALCA” que fue organizado por la Dirección de Extensión.

Ya se ha hecho frecuente la presencia de esta destacada compañía en la Universidad. Esto gracias al interés de esta Corporación por acercar y promover el teatro en la comunidad maulina. También por el deseo de Óscar Castro de hacer presencia en su tierra natal, tras muchos años de residir en Francia.

La obra comienza con la invitación del director y protagonista, para que el público se sume como un gran coro a la interpretación de algunos boleros y a bailar con los actores. “Porque quiero que la vida sea una fiesta”, dijo el personaje durante la presentación.

Inmerso en la ficción, Óscar Castro se queda encerrado en el sótano de su teatro en París, en medio de vestuarios y objetos de escenografías. De pronto, lo sorprenden personajes olvidados que le demandan montar una pieza con ellos y nace la historia de Salvador Allende, desde la conspiración y los preparativos del golpe de Estado de 1973 hasta que su cuerpo es retirado de La Moneda.

40 años después

Los personajes van relatando uno a uno los hechos más relevantes del Golpe de Estado, incluyendo los mensajes de Allende, durante la mañana del 11 de septiembre.

Música y coreografías irrumpen en medio de diálogos y monólogos, como suele apreciarse en la dramaturgia de Óscar Castro, quien creó esta pieza como homenaje al ex Presidente Salvador Allende.

“Se cumplen 40 años desde que vino el golpe militar. Creo que es muy importante que los países conserven la memoria de lo que ha pasado. Yo estuve en prisión dos años, mi mamá que es talquina, también es detenida desaparecida. He vivido en exilio con prohibición de entrar al país, así que es bueno que mis compatriotas, y sobre todo mis talquinos, no olviden lo que vivimos para que no se repita”, expresó, tras concluir la presentación teatral.

Respecto a su vínculo con la Universidad de Talca y con la zona, Castro afirmó que desea tener una actividad permanente acá. “Pero mis compromisos no me permiten estar más de dos veces al año y vengo con mucho cariño. Tengo familia aquí, entonces es la posibilidad de verla aunque sea al final de la pieza”, explicó.

Aprovechando su presencia en Chile, el dramaturgo, director y actor, estuvo también como invitado en los “Conversatorios Culturales”, el ciclo de tertulias que se desarrolla en el Campus Santiago.

En un diálogo con los estudiantes relató su experiencia en el ámbito de las ciencias políticas en Francia. “Lo hago en un dominio que se llama nuevas pedagogías”, dijo.

“Algunas formas teatrales sirven para trabajar nuevas formas de pedagogía, en el sentido que yo pienso que el conocimiento tiene que ser seductor tanto para el profesor como el alumno; el conocimiento debiera ser el orgasmo del alma”, explicó el artista.

Castro destacó el rol activo que han asumido los jóvenes en el ámbito de las demandas sociales.

“Si los jóvenes no tienen espíritu para cambiar el mundo, no encuentro quien podría hacerlo, porque la generosidad de la juventud quiere hacer cosas, compartir, quiere cosas normales, como que la educación tenga un nivel de privilegio en la sociedad en la cual se desarrolla”, enfatizó el director de la compañía el Teatro Aleph–Chile.

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