Protocolo aborda situaciones de desregulación emocional y conductual
Documento entrega herramientas para hacer frente a situaciones de este tipo que afecten a integrantes de la comunidad universitaria.
Documento entrega herramientas para hacer frentePrevenir, identificar, contener y dar seguimiento a situaciones de desregulación emocional y conductual, son parte de las materias que aborda el nuevo Protocolo (RU N°925-2025) de la Universidad de Talca que entrega un marco de acción para enfrentar situaciones de esta naturaleza que puedan afectar a miembros de su comunidad.
El texto fortalece la capacidad institucional para acompañar de manera apropiada a personas neurodivergentes y neurotípicas, y orienta sobre mecanismos que den respuesta a sus necesidades según establece la Ley 21.545.
En la elaboración del documento participaron al Área de Inclusión de la Unidad de Acompañamiento Estudiantil de CIMA, la Dirección de Salud del Estudiante (DSE) y el Departamento de Desarrollo de Personas.
Según explicó el profesional de rectoría que estuvo encargado de articular a las citadas unidades, Máximo Osorio Pino, el texto es “una herramienta fundamental que permite contar con un marco de actuación, prevenir riesgos, ofrecer contención oportuna y evitar la estigmatización”.
Destacó que el Protocolo “responde a la diversidad que existe en la comunidad universitaria, en donde se juntan distintas formas de aprendizaje, comunicación y expresión emocional”.
Por su parte, la jefa de la Unidad de Acompañamiento Estudiantil CIMA, Gloria Benavides Roca, destacó que “dentro de las primeras acciones consideramos medidas y estrategias para anticipar y evitar en la medida de lo posible que ocurran estos eventos”.
Inducción
Máximo Osorio Pino explicó que el Protocolo ya está en vigencia y, que, en la actualidad se inició el proceso de capacitación de quienes estarán a cargo de la implementación de esta normativa en cada sede, según lo establecido en la RU N°925-2025.
Durante la primera jornada de inducción participaron funcionarios y funcionarias de las unidades mencionadas, quienes conocieron los aspectos centrales del documento, así como las normas que se aplican a los casos de desregulación emocional.
En cuanto a la forma de operar ante una situación como las que regula el documento, el profesional indicó que “se actúa según las etapas definidas (desencadenante, intensificación, explosión y recuperación), aplicando estrategias específicas y contactando a los equipos designados en cada campus”.
“Posteriormente, se genera un registro confidencial y se realiza un seguimiento personalizado para evitar recurrencias”, añadió.
Además, la jefa de la Unidad de Acompañamiento Estudiantil CIMA, dijo que la jornada permitió “dotar a los equipos responsables de algunas competencias, técnicas emocionales que permitan actuar con mayor seguridad y sensibilidad ante los episodios de regulación emocional”.
En la actualidad se comenzará con la segunda fase del proceso, que consiste en la capacitación de las personas encargadas del cumplimiento del protocolo en las distintas sedes de la Universidad, así como en las respectivas unidades académicas.