Teatro “Alondra” presentó obra basada en dramas de mujeres

17 Diciembre 2015

Una trilogía de piezas distintas que tienen en común el protagonismo de personajes femeninos y temáticas de la existencia humana y la sociedad, conforman la obra llamada justamente “Mujeres”, que estrenó el Teatro Alondra, dirigido por el actor y director Mauricio Cepeda.

Este nuevo montaje del grupo dejó en evidencia el crecimiento actoral de sus integrantes, todas adultas mayores, que hace pocos años vieron en el teatro una oportunidad de desarrollo artístico y también personal.

La obra se presentó primero en el Centro de Extensión de la Universidad de Talca en Curicó y después en el salón “Abate Molina”, en Talca, y en ambos lugares la actuación del conjunto logró una excelente acogida del público.

“Lo que quisimos mostrar con este montaje de tres piezas, es una relación de hechos que tiene a la mujer como protagonista en diferentes aspectos de la vida y del mundo social. Es posible apreciar por ejemplo la indiferencia y la soledad que sufren las personas en la sociedad”, comentó el director. Pero, a pesar de la dureza de estas situaciones, la narración suele provocar risas en los espectadores, causadas por el humor negro.

“Yo, Ulrike, grito”, una de las piezas, pertenece a la actriz y escritora italiana Franca Rama y se basa en la historia de la periodista alemana de ultra izquierda Ulrike Meinhof, creadora del movimiento terrorista Baaden-Mainhof, quien murió en prisión en 1976.

A través de un monólogo, la actriz Clarisa Castro interpreta a “Ulrike”, quien cuenta su propia historia respecto a cómo la torturaron y mataron. Según esta narración, la mujer no se ahorcó, como establecieron las autoridades alemanas de la época.

Tarro confidente

Otro monólogo es el que hace Rosario Inzulza, al interpretar a una mujer sufrida marginal que deambula por las calles, ante la indiferencia de todos y que, en medio de su soledad, convierte a un tarro de la basura en confidente. “Isabel desterrada en Isabel” es esta pieza, escrita por el dramaturgo antofagastino Juan Radrigán, Premio Nacional de Artes de la Representación 2011.

Luego, en “Epitafio para un zapato enterrado vivo” —del creador del teatro del absurdo, Jorge Díaz—, Ana Julia Ramírez y Elsa Castro dan vida a dos personajes de mujeres fracasadas que ven en la muerte su liberación. En ese pasaje de su existencia, se encuentran en un puente que las conducirá más allá de la vida y entre ellas surge una extraña relación.

Las piezas, que duran entre 20 y 25 minutos, están unidas por un ritual coreográfico durante el cual las actrices juegan con pañuelos y cantan.

Laboratorio actoral

Durante gran parte del año el Teatro Alondra trabajó en estos montajes, al igual como lo hicieron los integrantes del Laboratorio de Teatro Experimental, que comenzó con alrededor de 20 personas. Este grupo, abierto a la comunidad y dirigido también por Mauricio Cepeda, depende de la Dirección de Extensión Artístico Cultural de la Universidad de Talca.

Para dar cuenta de lo realizado, el laboratorio organizó una función en el Centro de Extensión de la Universidad de Talca en Curicó y otra en el Centro de Extensión “Pedro Olmos”, en Talca, para entregar “una muestra de teatro delirante, con textos dramáticos absurdos, al estilo clown”.

Este montaje, según su director, resalta, en 60 minutos, la teatralidad de los actores, “a través de fragmentos cuyo hilo conductor es la muerte, la vida y el amor, enredados en metáforas”.

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