Universidad acogió debate sobre proyecto que promueve flexibilidad de la jornada laboral

Autoridades de la Corporación destacaron que la jornada se organizó en el marco de las acciones que desarrolla la Casa de Estudios, en su rol de institución pública, para aportar al debate de materias de alta sensibilidad e impacto social.

5 Julio 2019

Un análisis profundo que revisó desde distintas perspectivas el proyecto de Ley enviado por el gobierno al Parlamento, fue el resultado del conversatorio “Reforma Laboral: ¿Modernización, flexibilización o precarización?”, evento realizado en la Escuela de Postgrado y Centro de Extensión de la UTALCA, que fue organizado de manera conjunta por la Dirección del Campus Santiago, el Centro de Estudios de Derecho del Trabajo y Seguridad Social (Centrass) y la Dirección de Comunicaciones Corporativas.

La jornada contó con las intervenciones de Daniel Jadue, alcalde de Recoleta; el economista de Libertad y Desarrollo, Tomás Flores; Nolberto Díaz, secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores; Luis Lizama, miembro del Consejo Superior Laboral del ministerio del Trabajo y académico; Valentina Doniez, investigadora de la Fundación Sol; e Irene Rojas, subdirectora del Centrass.

La directora del Campus Santiago, Patricia Rodríguez, dijo que la actividad se efectuó en el marco de las acciones que desarrolla la Universidad para aportar al debate de materias de alta sensibilidad social.

“Somos un centro generador de conocimiento pero también un actor social vivo que, como parte de su misión institucional, tiene la responsabilidad de generar instancias para el debate pluralista e informado, que permita exponer y contraponer las visiones sobre los temas que afectan a nuestra comunidad”, explicó.

En ese sentido, el director del Centrass y secretario general de la UTalca, Rodrigo Palomo, coincidió en que “como universidad pública promovemos espacios de reflexión y análisis crítico de las propuestas legislativas, contrastando las diversas posturas, de cara a aportar al debate serio y riguroso de los temas que importan a la sociedad, y en especial a los actores del mundo laboral”.

Debate

La jornada inició con la intervención de Nolberto Díaz, quien planteó que mientras a nivel mundial la tendencia apunta a generar mejores condiciones laborales, bajo el argumento de que el proyecto busca aumentar el período de descanso de los trabajadores lo que efectivamente hace es destruir derechos adquiridos.

“No es un proyecto de modernización. Claramente busca precarizar las leyes laborales destruyendo la jornada de trabajo, invisibilizando a los sindicatos, y parte de un falso diagnóstico: que el trabajador tiene el mismo poder que el empleador cuando la realidad no es así”, expuso.

Para Daniel Jadue la propuesta oficialista es un muy buen proyecto “para el gran empresariado y el proyecto capitalista global”, pero muy malo para la clase trabajadora y las familias chilenas.

“Moderniza las relaciones laborales para sostener y asegurar las tasas de ganancia de las transnacionales y de los grandes empresarios”, subrayó el edil, quien tomando como ejemplo los cambios implementados en su comuna que redujo a 40 horas la jornada laboral, sostuvo que “sí se pueden hacer cosas que la sobre ideologización neoliberal afirma que no se pueden hacer”.

Una opinión distinta expresó Luis Lizama quien manifestó que el mencionado proyecto  tiene ejes que están en sintonía con lo que la OIT propuso en aspectos como la regulación del trabajo en las economías digitales, la soberanía del tiempo del trabajo y la generación de una garantía laboral universal.

“Creo que el gobierno se encamina bien por ese lado. Ahora probablemente en el debate deba perfeccionarse el proyecto, lo que uno ve como desconfianza legítima de los trabajadores decir que flexibiliza la jornada y una herramienta como esa entregada a un empleador abusivo puede significar que un trabajador termine con su vida destrozada con miles de turnos. Eso hay que corregirlo porque la propuesta del gobierno es de 180 horas por mes, lo que supone reducir la jornada semanal”, observó.

Una línea similar manifestó el economista del Instituto Libertad y Desarrollo, Tomás Flores, para quien la propuesta de reforma es un avance.

“Moderniza porque efectivamente hay personas que están más dispuestas a trabajar en unos días o épocas del año que en otras, y hay que dar la posibilidad de que esas personas adecuen su jornada de trabajo, sobre todo con trabajadores que hoy tienen más percepción de soberanía sobre su tiempo, y con los jóvenes que quieren trabajar de una manera distinta”, aseveró.

Una opinión contraria entregó la subdirectora del Centrass, Irene Rojas, quien sostuvo que la propuesta del Ejecutivo es desreguladora.

“Y eso genera precarización porque lo que hace el proyecto es que dispositiviza la norma legal que existe para dar ciertos mínimos a los trabajadores –tiempos máximos de trabajo y mínimos de descanso-, quita esa garantía dejando que esta materia sea acordada entre trabajador y empleador, siendo que existe una gran desconfianza de que se logre este tipo de acuerdo toda vez que no están en una posición de igualdad, que en el mundo real se expresa en que las personas difícilmente reclaman y simplemente aceptan lo que su empleador les impone”, advirtió.

Igualmente, Valentina Doniez calificó la propuesta de regresiva. “Lo es en muchos aspectos, pero uno de los mayores riesgos tiene que ver con que privilegia la negociación individual, considerando al trabajador y al empleador solos sin fortalecer el actuar colectivo, que es lo que puede proteger al trabajador de hechos que vulneren su salud y condiciones de vida”, afirmó.

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