Universidad regaló alegría a niños de zonas aisladas

23 Diciembre 2013

Desde el año 1990 se mantiene la tradición: el tren del ramal visita cada una de las diez estaciones entre Talca y Constitución, entregando la esperanza de la Navidad.

“Me gusta que el viejito pascuero nos venga a ver acá que es tan lejos”, comentó emocionado Joaquín, de solo siete años de edad.

Regalos, golosinas, villancicos y alegría recibieron los niños en cada una de las localidades. Con entusiasmo padres e hijos madrugaron para esperar la llegada del antiguo ferrocarril, el mismo que ven a diario pasar, pero que esta vez llevaba la magia navideña a cada pueblo.

Colín, Corinto, El Morro, Tanhuao, González Bastías, Toconey, Curtiduría, Pichamán, Forel, Huinganes y Maquehua, dieron la bienvenida al hombre de rojo, sus obsequios y al canto armonioso de los niños del coro universitario.

La actividad cada año es organizada por la Dirección de Extensión de nuestra Casa de Estudios.

“Hacemos una campaña especial para recolectar presentes, porque la idea es traerles regalos nuevos a los niños. En esto participa mucho la comunidad universitaria con sus funcionarios, académicos y autoridades. Cada año podemos contribuir entregando esperanza a los pequeños de los localidades del ramal”, afirmó la directora de Extensión, Marcela Albornoz. “Este viaje no solo lleva regalos, sino que alegría y un compromiso de nuestra Universidad con la gente”, agregó.

En tanto, Laura Muñoz, directora de la Escuela de Colín, destacó la labor de la Institución universitaria. “Esta es una actividad muy significativa, ya llevamos 23 años trabajando en conjunto con la Universidad de Talca, la que trajo el sello de la Navidad a esta zona, porque antes no se celebraba. Sin duda es una de las iniciativas más bonitas y esperamos que nunca se pierda. Otro factor muy importante es que ésta es la única imagen que los niños de estos sectores tienen de la Universidad”, expresó la docente.

Ricardo Aguilera, lugareño del ramal, agradeció la presencia de la Corporación. “Ojalá se siga haciendo siempre”, afirmó alegre. “Veo esta tradición desde que comenzó. Primero fuimos nosotros, ahora nuestros hijos y es importante destacar que ustedes entregan amor”, dijo Miguel Ángel Montecinos, otro habitante de las apartadas localidades entre Talca y Constitución, cuyo único medio de transporte es el viejo buscarril.

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